domingo, 3 de marzo de 2013

(Breve) Historia de la Prostitución 2: La prostitución sagrada de Babilonia



La primera noticia que tenemos de ella procede de Herodoto, en el siglo V A.C… Pero ya se sabe que era un crédulo y le tomaban el pelo cada dos por tres. Y un poco mojigato, además…

Sea como fuere, y tal y cómo nos lo cuenta él mismo en su en su “Historia”, Libro I, cap. 99: (según la edición de la editorial Gredos de finales de los 80, que es la que tengo más a mano)
"La costumbre más infame que hay entre los babilonios es la de que toda mujer natural del país se prostituya una vez en la vida con algún forastero, estando sentada en el templo de Venus. (...) van pasando los forasteros y escogen la que les agrada. Después que una mujer se ha sentado allí no vuelve a su casa hasta tanto que alguno le eche dinero en el regazo, y sacándola del templo satisfaga el objeto de su venida. Al echarla el dinero debe decirla: 'Invoco en favor tuyo a la diosa Militta', que este es el nombre que dan a Venus los asirios”.
 
Y claro, se nos escandalizó…
A nosotros, a estas alturas, no debería, que no deja de ser una evolución lógica de los ritos de fertilidad que, como ya vimos antes, eran moneda corriente en el mediterráneo oriental (y en las ciudades de Fenicia en concreto)

Y luego Herodoto confunde churras con merinas y añade que en los templos moran sacerdotisas al servicio de la diosa, que realizan actos de fornicación en honor de ella, ¡y    cobrando por ello! (dinerito que va a parar a las arcas del templo, por cierto). Y añade el muy meapilas que son muy decentes a su manera, que hacen el coito normalito, sin desviaciones ni guarradas, y que cuando salen del templo a airearse son muy respetadas y gozan de mucho prestigio tanto entre las clases altas como las bajas...

Y ya tenemos montado el mito de la prostitución sagrada.

Y luego tuvieron que venir Jeremy  Black y ,Anthony Green, con su excelente  Gods, Demons and Symbols of Ancient Mesopotamia” (Texas Press 1992) para enmendarle la plana al pobre Herodoto... con solo 2500 años de retraso. Nadie es perfecto.

Pues al parecer todo se debe a un error de traducción:

Las mal llamadas “prostitutas” recibían el nombre de  amtu” (sierva) o de “naditu” (literalmente, “sin cultivar” en lengua acadia). Eran mujeres consagradas al servicio de la divinidad (es decir, sacerdotisas). Las primeras solían residir en las dependencias del templo, las segundas podían casarse, pero con condiciones: No podían darle hijos a su marido. Éste, o recurría a los servicios de una concubina, o usaba el método anticonceptivo favorito de estas tierras: El coito anal.

¿Y cómo es que estas sacerdotisas, antecesoras con algunas variables de las vírgenes vestales y nuestras monjitas de hoy en día, acabaron siendo consideradas putas? Pues el malentendido se debe a una práctica reliiosa bastante divertida que realizaban las naditu: La  “hierós gámos” ("boda sagrada"): En la fiesta del Año Nuevo, el rey sumerio, representando al dios Dumuzi, mantenía relaciones sexuales (algunos dicen que escenificaba, supongo que dependería de la potencia viril del rey, de lo joven y guapa que fuera la moza  y del humor con el que andara ese día) con una sacerdotisa (naditu) que representaba a la diosa lunar Inanna (Ishtar), simbolizando el enlace divino que permitiría la resurrección anual de la vida y la primavera. Nada muy diferente a los ritos de fertilidad que vimos en la entrada anterior. La ceremonia se hacía la parte más sagrada del templo, por las representaciones que nos han llegado a nuestros días, y  posiblemente encima del altar (eso sí que eran misas divertidas). Recomiendo que le echen una ojeada a los bajorrelieves del templo de Assur, si tienen curiosidad...

¿No hubo prostitutas en Babilonia? Pues claro que las hubo. Para aburrir.

Para empezar (y supongo que esto ayudaría al pobre Herodoto a confundirse): Una familia que tuviera deudas podía saldarlas entregando a una de sus hijas al servicio del templo. A esta práctica se la llamaba Tidennutu (literalmente, "esclavitud por deudas") Estas mujeres ejercían de prostitutas, en beneficio del templo, que ejercía de proxeneta. Pero no está probado que ejercieran en el templo mismo, y aunque gozaban de la protección del clero (es decir, de los dioses), mal se las puede llamar “sagradas”´. Oigan, que no lo digo yo, que es la tesis de Gernot Wilhelm, que es un tipo serio...

¿Y prostitutas sin vinculación con los templos? Pues las hubo, claro. Ofrecían sus servicios en la calle, con el rostro descubierto (lo que escandalizó a los pacatos de los hebreos, que ya vimos que sus prostitutas iban con el rostro tapado). Recibían el nombre de “harimtu”, y ejercían su oficio en unos barrios concretos (curioso antecedente de los “barrios rojos” que tan modernos nos parecen en algunas ciudades de hoy en día):

No te cases con una “harimtu”, cuyos maridos son muchos (…) En la desgracia, ella no te ayudará. En la adversidad,  se burlará de ti. Pues ella ignora el respeto y la sumisión“  (proverbio sumerio extraído de “Babylonian Wisdow literature”, de Wilfred. G. Lambert, disculpen la mala traducción, que es mía)

Próxima entrega: La prostitución griega o el invento del burdel.


6 comentarios:

  1. ¿Dónde dejas a los Calebitas? ¿Ein? XP

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  2. Que bueno Sr. Ibáñez. Espero con ansia el siguiente capitulo. No deja de ser interesante, instructivo y socarrón!

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  3. Muy bueno la verdad, y eso que no es mi lectura preferida a las 8 de la mañana (que no ando yo para pensar mucho a estas horas) pero me lo he leído enterito...
    Un saludo.

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  4. Muy buena entrada. :)

    Por cierto, yo también tengo el "Gods and Symbols of...", un gran libro.

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. Interesante e instructivo, como siempre.

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