lunes, 23 de diciembre de 2019

Befana, la bruja de la Navidad





¡Jolines otra vez Navidad!
Bueno, me consuela que esta vez me he encontrado con un personaje al que (al menos en una de sus versiones) estas fiestas le gustan tan poco como a mi…

La Befana (nombre completo, Strega Befana, es decir, “Bruja Befana”) es el equivalente italiano al Papá Noel o a los Reyes Magos: el ser mágico que en la noche del 5 al 6 de enero entra en las casas y deja regalos y dulces para los niños que se han portado bien. Su aspecto es bastante chocante, ya que no se trata de un barrigón rijoso vestido de rojo, ni de elegantes señores venidos de oriente, sino de una bruja en el sentido mas clásico del término: Viste de negro, lleva un gorro cónico, es vieja, tiene verrugas en la nariz y viaja en escoba. Sus ropas están ajadas y muchas veces manchadas de hollín, pues suele entrar en las casas bajando por las chimeneas. Y, en contra de lo que podamos pensar de las brujas (como seres rencorosos y amargados) se la representa normalmente sonriente y alegre, aunque (sobretodo hace un par de generaciones) se contaba que tenía una faceta macabra: No le gustaba que la vieran, así que si algún niño la espiaba, le golpeaba con su escoba, no le dejaba ningún regalo y se iba para no volver nunca jamás. Y si los niños habían sido muy muy malos… Pues a la manera del Krampus alemán, se los comía.
Por contra, si se le dejan los zapatos para que los use esa noche (pues los suyos están siempre rotos) deja más regalos. La Befana también agradece que le dejen un vaso de vino y una fruta (una naranja o una mandarina) para coger fuerzas. En tiempos pasados se decía que si se le daba tal ofrenda la Befana purificaba la casa de cara al año entrante, limpiando con su escoba las tristezas y errores pasados..

Leyendas sobre el origen de la Befana y por qué realiza su trabajo hay tres:

La más dulce cuenta que los Reyes Magos, de camino a Belén, se perdieron por culpa de una espesa niebla, que les impedía ver la estrella que les guiaba. Solo una anciana que vivía sola, a la que los niños temían y tenían por bruja, supo indicarles el camino hasta Belén, y los Reyes la animaron a acompañarles a visitar al Niño. Jesús se dio cuenta de su soledad y de su dolor por darle miedo a los niños (ya que ella nunca había tenido hijos), y le dijo que a partir de entonces sería la abuela de todos los niños, y que estos la querrían siempre.

Otra, algo más neutra (y la más conocida) dice que la Befana indicó el camino a los Reyes, cierto, pero no quiso acompañarles, por pereza. Luego se arrepintió, reunió dulces y fue tras ellos… pero ya no los encontró, ni al Niño tampoco. Para que los dulces no se desaprovecharan los empezóa regalar a los niños que encontraba, y le gustó tanto que lo sigue repitiendo cada año.

Finalmente, una tradición bastante antigua y macabra (y la que a mí, personalmente, más me gusta) dice que la Befana fue la única persona en todo Belén que se negó a honrar al Niño llevándole obsequios. Por ello fue castigada a tener que regalar dulces y juguetes a los niños del mundo, hasta que encuentre al Niño Jesús y sea así perdonada. La Befana lo hace a disgusto, pues lo ve como una maldición (por eso se come a los niños malos).

Sobre el origen de la tradición, está documentada ya en el siglo XIII, aunque historiadores y folcloristas señalan que su origen puede ser mucho más antiguo: En concreto, al siglo III a.C. cuando los romanos inician la adoración de la diosa Strenia (de donde deriva nuestra palabra actual “estreno”, por cierto).  Esta diosa menor estaba vinculada al inicio del año, y en su nombre se intercambiaban regalos, para tener algo nuevo con lo que empezar el año igualmente nuevo. Con la llegada del cristianismo la Iglesia adaptó esta costumbre haciéndola suya, al igual que hizo con muchas otras fiestas paganas.

3 comentarios:

  1. Quizá podría incluirse como criatura de Nahui, en algún momento navideño en el Nuevo Continente. ¡Interesante!

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  2. ¿Conoces al Tientapanzas? Es un ser que la noche de nochebuena toca (tienta) las panzas a los niños y les dice "así todo el año". Antiguamente era una manera para que los niños se pusieran hasta arriba de comida.

    Es tradición en Écija (mis padres son de allí), pero al parecer es algo que trajeron los gallegos desde sus tierras al repoblar dicha ciudad cuando la expulsión de musulmanes de esas tierras.

    A mi sobrino (porque en mi familia se sigue usando) siempre le dio mucho miedo cuando era un niño.

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