Supersticiones
relacionadas con la salud:
Dar un susto
para curar el hipo
...O
beber agua sin respirar, o aguantar la respiración todo lo que se pueda, rezar
una oración diez veces seguidas... Supersticiones hay muchas ¡Y todas
funcionan! Pues de lo que se trata es de controlar (o cambiar) la pauta
respiratoria para eliminar las fluctuaciones del diafragma que causan el tan
molesto hipo.
Decir
"Jesús" al estornudar.
Cuando
alguien estornuda, inconscientemente le deseamos "Salud" o invocamos
a Dios para bendecirlo "Jesús". La costumbre es más vieja de lo que
pensamos... Ya la practicaban los romanos, que pensaban que si alguien
enfermaba (y si tosía o estornudaba, puede que le rondara algo) más
posibilidades tenía de salvarse cuantas más bendiciones recibiera. Los antiguos
consideraban el estornudo especialmente malsano ya que creían que, a través de
él, se podía escapar el alma, el "espíritu vital". No en vano,
Prometeo había dado vida al primer ser humano estornudando encima de él...
Dejando
aparte que es una práctica higiénica muy sencillita y muy recomendable, se pone
la mano delante de la boca para impedir que el Diablo entre en el cuerpo, que
ser poseído de manera tan tonta es de ídem, la verdad...
El cobre cura el
reumatismo
Servidor,
que hace años que peina canas, lo veía de chico en sus mayores: Un brazalete de
cobre para aliviar los dolores del reumatismo. Cada cierto tiempo veo
reaparecer lo de los "brazaletes milagrosos" (el último, hace unos
años, era de goma con un poco de papel de aluminio y decían que mejoraba el
equilibrio). Y la cosa es que, por efecto placebo, puede que algo haga. O eso
crea la gente que los lleva. Sea como fuere, llevar brazaletes y amuletos para
protegerse del peligro, curar enfermedades o aliviar los dolores, es tan
antiguo como el hombre (bueno, un poco más, que el neandertal no era sapiens
como nosotros y ya lucía, de amuletos y abalorios)
Las ventanas,
cerradas.
Las
ventanas se cierran por la noche, a no ser que haga muchísimo calor, y aún así
muchos ponen, al menos una cortina. Por los mosquitos, dicen. Y no digo yo que
no, pero fue costumbre fundamentada en la creencia que, por la noche, los
espíritus de los muertos podían entrar por las ventanas, a llevarse la salud de
los vivos (en especial de los enfermos, ancianos y niños, es decir, de los
débiles).
Los gatos roban
el aliento de los niños.
Y
con ello la salud y el alma, que ya se sabe que son bichos a medio camino entre
la tierra y el infierno... Luego se descubrió que no robaban nada, sino que
provocaban asma (o algo parecido) a las personas alérgicas.
Rituales de vida
y de muerte
Soplar las velas
del pastel de cumpleaños
Como
tantas otras, es tradición heredada de la Grecia clásica. En honor de Artemisa,
diosa de la luna y de la caza, se ponían velas en sus templos, velas que, en un
momento determinado del ritual, tenían que apagarse de un único soplo, para que
la diosa otorgara sus bendiciones...
Los novios unen
sus manos al casarse.
Es
tradición que se está perdiendo. Al recibir las bendiciones, los novios se
cogían la mano ante el altar. Antes, se les ataba un pañuelo, y en la edad
media, en algunos lugares se les uncía el yugo de un arado (pero claro, en el Medievo
los hombres eran hombres y las mujeres, mujeres). No creo que haya que explicar
la simbología de unir físicamente a dos personas en el transcurso de una
ceremonia que los une legalmente ante la divinidad y ante la sociedad. Hoy en
día, que la boda no tiene porqué tener ni altar ni cura ni siquiera parejas del
mismo sexo, pues todo esto como que se recorta (a la última en que fui, en el
Registro Civil, de dos amigos gays, la jueza despachó el tema en cinco minutos,
que ni dejarles ponerse los anillos quería... En fin...)
El beso de los
novios al casarse.
La
Iglesia católica no acepta la legitimidad del matrimonio si no se consuma (de
hecho, es una de las razones que acepta para declarar su ilegalidad... Aunque
creo que el cambio de sexo de uno de los conyugues también les vale). Sea como
fuere, en el pasado era tema importante, así que los recién casados hacían el
acto conyugal delante de testigos, para que dieran fe que todo estaba correcto.
De esa costumbre queda el beso... y no sé yo si el que el novio le ponga el
anillo a la novia, ya saben, un dedo pasando por un aro, es decir, un agujero...
y no me hagan explicárselo más.
El origen de las
coronas funerarias
Actualmente
colocamos coronas o centros de flores junto al sarcófago, en el velatorio, como
muestra de afecto y recuerdo al difunto. Originalmente la tradición era un poco
más siniestra. Una rueda de flores sobre la tumba, o colgada de la puerta de la
casa... Lo que hacía era impedirle el paso al muerto, para que no se alzara e
importunara a los vivos.
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