"La ciudad de la oscuridad", "el hormiguero urbano" "ciudad anarquía" "la ciudad de las tríadas" son algunos de los nombres por los que se conocía Kowlong, el suburbio de Hong Kong que a finales del siglo XX era el lugar más densamente poblado del planeta.
La historia de Kowlong corre paralela a la de Hong Kong... Aunque, honradamente, hay que decir que es más antigua. Originalmente era un enclave fortificado construido durante la dinastía Song (siglos X al XIII) en la península de kowloon, frente a la isla de Hong Kong, refugio natural de piratas y contrabandistas que amenazaban el próspero comercio de sal de la región. Cuando en 1842, a raíz del tratado de Nankin, China cedió a los ingleses la isla de Hong Kong y éstos fundaron allí una próspera colonia, China reconstruyó la vieja fortaleza de Kowlong dotándola de una guarnición permanente de 700 soldados.
Tras las segunda convención de Pekin de 1898 China alquila a Gran Bretaña por 99 años no sólo la isla de Hong Kong sino las llamadas islas perifericas (que son más de 200, menos broma) y los territorios al sur del río Shenzhen, lo que engloba, en la práctica, la mayor parte de la península de Kowloon. Pero, por descuido o intencionadamente, el tratado no incluyó la fortaleza, que además fue reforzada con cañones para controlar el puerto inglés.... Lo que no hizo nada de gracia a los británicos, que atacaron la fortaleza al año siguiente expulsando de ella a los chinos.
Sin embargo, legalmente, los 20.000 metros cuadrados de Kowlong seguían siendo territorio chino. Un espacio de unos 100 metros por 200 (para hacerse una idea, un campo de fútbol para competiciones internacionales suele medir unos 75 metros por 110). Empezaron a ocuparlo varias familias chinas, gentes que huían de la cada vez más frenética vida de la colonia inglesa o, a partir de 1911, de la revolución Xinhai, que convirtió (al menos nominalmente) a China en una república. Los ingleses consintieron en que se alzara esta barriada marginal en la vieja fortaleza. Hasta hubo voces que afirmaban que "tenía su encanto" eso de tener un pedazo de la antigua China incrustado en el nuevo Hong Kong. En los años 30 Kowlong se hizo muy popular entre los turistas ingleses acomodados que viajaban a Hong Kong.
El "encanto" lamentablemente, se lo cargaron los japoneses. En 1940, a raíz de la segunda guerra mundial y la ocupación nipona de la colonia, la mayor parte del recinto amurallado fue destruido. Con sus piedras se construyó el vecino Aeropuerto Internacional Kai Tak.
Tras la guerra mundial,y sobre todo a raíz del triunfo del comunismo en China en 1949, cientos de refugiados ilegales ocuparon el perímetro, ya sin murallas, pero en el que ni las leyes ni la policía de Hong Kong tenían ningún poder. Era sólo cuestión de tiempo que las temibles triadas (las mafias chinas, por si alguno lo ignora) se hicieran con el control del recinto. Prostitución, tráfico de opio, cocaína y alcohol, casinos, contrabando de mercancías robadas, talleres e incluso pequeñas fábricas de falsificaciones con unas condiciones de trabajo dignas de una plantación de esclavos... Todo ello convivía con aquellos que por motivos políticos o por haber perdido sus hogares durante la guerra (mundial o civil, que tanto da que da lo mismo) no tenían otro lugar a donde ir. Pronto los habitantes de Kowlong se contaron por miles. En 1980 se calcula que había 35.000. Diez años más tarde, en 1993, se censaron más de 50.000 personas hacinadas allí. La densidad de población llegó a ser de cosa de 1,9 millones de habitantes por kilómetro cuadrado (en una ciudad como Madrid la densidad es de 5.0000 habitantes háganse pues una idea....) Estas gentes se instalaron como pudieron, y al no poder exceder los límites de "excepción legal" del territorio empezaron a crecer hacia arriba. El límite eran los 14 pisos, para no entorpecer el tráfico aéreo. (Los aviones del aeropuerto pasaban a menos de cien metros por encima de las azoteas de Kowlong). La población se compactó tanto que parecía un gran lingote lleno de surcos y oquedades. Las calles más anchas tenían apenas un metro de anchura, y los bloques de viviendas se apilaban uno encima de otro, construyéndose los nuevos edificios sobre las azoteas de los anteriores, tal como si fueran un castillo de naipes, y como éstos apoyándose unos en otros hasta formar,en la práctica, un único y gigantesco edificio. La luz solar no llegaba a las estrechísimas calles (mucho menos a la mayoría de las viviendas) y los fluorescentes y bombillas tenían que sustituir al sol. Por ello las viviendas más cotizadas eran las que daban a la fachada y las que tenían fácil acceso a las azoteas. Los pisos altos tenían además otras dos ventajas añadidas: eran más nuevos que los inferiores (por aquello de haberse construido a posteriori y sin planificación) y los vecinos tenían la "graciosa" costumbre de barrer dejando que todo cayera hacia abajo. Así que los pisos inferiores eran más viejos, más oscuros y más sucios. Eso sí, ratas y cucarachas, todas las que uno quisiera y más.
La entrada a Kowlong era libre.... Y lo cierto es que la visitaban diariamente bastantes hongkonitas. Y no sólo para disfrutar de los placeres prohibidos que podían ofrecerles las triadas. También iban "gourmets" con ganas de catar carne de perro asada, alimento prohibido en la ciudad y que se podía degustar en multitud de puestos de comida de Kowlong.... Y también muchos iban al dentista. Había muchos den el recinto, todos ellos muy baratos porque carecían de licencia (muchas veces, sin titulación tampoco, ya puestos....). De las condiciones higiénicas con las que trabajaban... Bueno, mejor lo dejamos correr.
También había, como en cualquier comunidad, restaurantes, bares, herbolarios (donde se podían adquirir, entre otros remedios, polvos de diente de dragón o de cuerno de unicornio), guarderías, residencias de ancianos, asociaciones de ayuda intervecinal. Y ninguna autoridad, ni ley, ni policía. De eso se tendría que haber encargado China... Que la verdad nunca se molestó. Sólo en los años 70 la policía de Hong Kong realizó algunas intervenciones (ilegales, por cierto) dentro del recinto, planificadas como incursiones militares y en las que llegaron a participar 3.000 agentes. Tampoco había, por supuesto, planificación urbanística, salvo la norma de no construir por encima de los catorce pisos (por el tema de los aviones, como ya se ha dicho) y el acuerdo de que la instalación eléctrica estuviera descubierta para poder ser abordada en caso de incendio. Asi era Kowlong. Un lugar insalubre, y caótico, donde sus habitantes se hacinaban como ratas en su madriguera, con cables y tuberías cruzando como telarañas las estrechísimas calles, tamizando la poca luz que pudiera colarse hasta abajo.
También había, como en cualquier comunidad, restaurantes, bares, herbolarios (donde se podían adquirir, entre otros remedios, polvos de diente de dragón o de cuerno de unicornio), guarderías, residencias de ancianos, asociaciones de ayuda intervecinal. Y ninguna autoridad, ni ley, ni policía. De eso se tendría que haber encargado China... Que la verdad nunca se molestó. Sólo en los años 70 la policía de Hong Kong realizó algunas intervenciones (ilegales, por cierto) dentro del recinto, planificadas como incursiones militares y en las que llegaron a participar 3.000 agentes. Tampoco había, por supuesto, planificación urbanística, salvo la norma de no construir por encima de los catorce pisos (por el tema de los aviones, como ya se ha dicho) y el acuerdo de que la instalación eléctrica estuviera descubierta para poder ser abordada en caso de incendio. Asi era Kowlong. Un lugar insalubre, y caótico, donde sus habitantes se hacinaban como ratas en su madriguera, con cables y tuberías cruzando como telarañas las estrechísimas calles, tamizando la poca luz que pudiera colarse hasta abajo.
¿Qué queda hoy de Kowlong? En el espacio donde se alzaba encontramos un parque construido en 1994, el Kowloon Walled City Park, un espacio amplio y luminoso, de estilo tradicional chino, con jardines, fuentes, lagos, y su pagoda y todo. Una verdadera ironía, teniendo en cuenta lo que antes se alzaba allí.
El caos cyberpunk de Kowlong sólo puede verse hoy en día en los documentales o fotografías que se hicieron en su día (recomiendo el libro "City of Darkness: Kowloon Walled City." de Ian Lambot y Greg Girard), en varias películas de acción que se rodaron en ella (Crimen Story de Jackie Chan; y Bloodsport de Jean-Claude Van Damme son las más conocidas). Tambiéno en vídeo-juegos de acción en los que se han recreado sus angostos, oscuros, sucios y siniestros pasadizos: Shenmue II o Call of Duty: Black Ops.
Ya había oído hablar de esta ciudad, y me parece increíble que llegara a existir algo así. Es, como bien dices, un ejemplo clarísimo de Cyberpunk. Un sitio que es carne de ambientación de juego de rol. La realidad siempre supera a la ficción.
ResponderEliminar+Carlos de la Cruz. Como ya comente, de echo Kowlong forma parte de importante de la ambientacion _por defecto_ en *Feng-Shui*
Eliminar¿Es posible que el manga Blame esté basado en esta urbe?
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