lunes, 1 de agosto de 2016

Los santos prohibidos: 1 (de 7) San Expedito, el rápido.





Según la tradición, San Expedito era a finales del siglo III un tribuno de la XII legión romana (apodada "Fulminata") por aquel entonces acuartelada en Melitene, Capadocia (hoy Malatya, Turquía). Su misión consistía en defender la frontera oriental contra los ataques de los hunos. Muchos de los soldados que servían allí eran cristianos, y el tribuno Expedito, que llevaba una vida disipada, sintió interés por sus creencias pero se cuestionaba  convertirse o no. Cuando finalmente se decidió (según algunos tras una batalla especialmente sangrienta) el Diablo le envió para disuadirle a un cuervo, que se le puso a revolotear alrededor graznando "Cras, Cras, Cras" (que en latín quiere decir "Mañana", "Mañana", "Mañana"). Pues el Diablo sabía que si Expedito volvía a los cuarteles, podría tentarlo con el vino y las furcias, y quizá se le pasara tanta tontería santurrona. Pero Expedito contestó: "Hodie, Hodie, Hodie" (Hoy, Hoy, Hoy) y aplastó al cuervo con el pie izquierdo.
El emperador Diocleciano consideró su conversión como una traición y una afrenta personal (entre otras cosas porque los funcionarios de alto rango tenían que rendirle pleitesía como si de un dios se tratara). Tampoco ayudó que Expedito predicara el cristianismo entre sus tropas y entre los nativos de la zona y que protegiera a los cristianos perseguidos haciendo uso de su cargo. Fue flagelado hasta que la sangre manó de su cuerpo como si fuera un manantial y luego decapitado, como correspondía a un ciudadano romano.  Esto sucedió un 19 de abril.

Históricamente, san Expedito llega a la devoción popular bastante tarde. No es hasta 1781 en que aparece por primera vez en un martirologio italiano. Posteriormente fue proclamado patrono secundario de Achiriali, un pueblo de Sicilia, así como protector de comerciantes y navegantes.
Por su parte el escritor L. Sheppard, en su delicioso libro "The saints who never were"  (Los santos que nunca existieron), publicado en Dayton, Estados Unidos por la editorial Pflaum Press Ginger Book en 1969, (por si tienen interés). nos da una explicación un tanto "particular" sobre el origen del santo. Según él, en unas obras en la plaza de Denfert-Rochereau., en París, se descubrieron unas catacumbas cristianas con unos huesos sin identificar, que fueron llevados por correo a un convento de monjas cercano. Las monjas, al ver la palabra "Spedito" (correo expreso) lo asociaron a un mártir romano de Metilene llamado Expeditus (genitivo Expediti), del que no se sabían más datos salvo que sufrió martirio junto a   Hermágoras, Cayo, Aristónico, Rufo y Gálata. Cito el martirologio romano  tradicional:

"Melitinae, in Armenia,7 sanctorum Martyrum Hermogenis, Caji, Expediti, Aristonici, Rufi et Galatae, qüi omnes una díe sunt coronati."

La historia tiene su gracia, pero cuando investigando un poco más  nos encontramos con que otro autor anterior a Sheppard ya narró prácticamente la misma anécdota, empezamos a dudar de las fuentes. Christian Morgenstern (renombrado poeta y escritor judeo alemán, fallecido en 1914)  sitúa los hechos en la Isla Reunión (donde, por cierto, hay un fuerte culto a san Expedito) donde según él un colectivo de monjas esperaban una respuesta del Vaticano, sobre su petición acerca de la entrega de unas reliquias que hagan fortalecer la fe de su comunidad. Lo que les llegó fue una caja de huesos anónimos con las palabras "In Spedito" rotuladas. Y como San Expedito se quedó.

Sea como fuere no fue un santo muy del agrado de la Iglesia, que ya en una fecha tan temprana como  1906 el Papa san Pio X lo hizo retirar de la lista de mártires cristianos, argumentando serias dudas sobre su verosimilitud. No se salvó en la revisión de 1969 ni en la del año 2001 (todo y que en el Nuevo Martirologio Romano se incluyeron más de 30 santos que se habían caído en años anteriores).
Aunque abandonado por la Iglesia oficial, la devoción popular a este santo no ha menguado. Se le considera patrón de las causas urgentes; abogado de las causas imposibles (junto a con santa Rita y san Judas Tadeo; protector de los militares, los estudiantes, los jóvenes y los viajeros, así como patrono de las causas legales demasiado prolongadas. En mi ciudad, Barcelona, hay una imagen de San Expedito en la iglesia de sant Jaume a la que se le tiene especial devoción. La costumbre es hacer peticiones al santo escribiéndolas en papeles que antes se prendían de los barrotes de la capilla, pero ya hay tantas que se ha decidido poner un cajón de plástico donde echarlas. Estas peticiones son quemadas cada cierto tiempo durante la eucaristía.

Se le suele confundir con San Valentín, ya que los dos visten como los legionarios romanos que en su día fueron. Para diferenciar uno del otro no hay que fijarse tanto en la palma de martirio que sostiene en la mano izquierda como en la cruz que lleva en la derecha, en la que se puede leer la palabra "hodie" (hoy). Muchas veces pisa con el pie un cuervo negro. 

Por cierto, los "Huesos de San Expedito" son unos dulces sevillanos que tradicionalmente se consumen en Semana Santa. Tienen forma de dedo y poco o nada tienen que ver con el santo o su leyenda, ¡pero están buenísimos!


Próxima entrega: San Cucufato, el buscador.

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