lunes, 24 de octubre de 2011

Un Haloween más nuestro.

Es cosa bien sabida, la noche del 31 de Octubre al 1 de Noviembre es Haloween. Noche de difuntos, de pasar miedo y de ver pelis de terror. De que los psicópatas salgan a descuartizar alegremente teenagers  tontitas y chillonas y que los vampiros se queden en casa, por considerar que es una fiesta humana poco seria (y eso no lo digo yo, lo dice Joss Whedon en Buffy, así que algo de razón tendrá)

Todos sabemos que es una fiesta de origen anglosajón, y que éstos, a su vez, se la copiaron a los celtas. Que el equivalente a nuestro 31 de octubre en su calendario era su fiesta de Samhain, el último día del verano, cuando el ganado era llevado de los prados a los establos en los que pasaría en invierno. Esa noche, era cosa sabida que los espíritus de los muertos podían salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los vivos. Para evitarlo, los celtas ensuciaban sus casas y las “decoraban” con huesos de difuntos y demás motivos siniestros, y ellos mismos se disfrazaban de monstruos. Para que los espíritus de los muertos se asustaran al pasar por delante, y dejaran en paz unas moradas que a todas luces estaban habitadas por monstruos peores que ellos mismos… Igual que todo el mundo sabe  que la calabaza demoníaca (originalmente un nabo, por cierto) es la siniestra lámpara del irlandés Jack, que habiendo burlado al demonio no puede ir al Infierno, pero habiendo sido un pecador tampoco tiene sitio en el Cielo. Y su espíritu vaga por la tierra, con su original candil, en el que hay un tizón del infierno que arde eternamente. Tampoco es cosa nueva el decir  que es una de las dos fechas del año donde hay reunión grande de brujas (la otra es la noche del 30 de abril, festividad de Santa Walburga, más conocida por el nombre pagano de “Noche de Walpurgis”)

            Todas estas tradiciones están bien… Pero son importadas directamente del mundo anglosajón. Nuestra cultura también tiene sus ritos de Noche de difuntos. Así que, si va a celebrar Haloween… ¿por qué no lo hace con tradiciones “nuestras”, para variar?
            Pongan un plato de más en la mesa a la hora de la cena, a ser posible algo dulce, que es para los muertos de la casa, que en esa noche van a visitar a sus parientes. Al día siguiente ya les devolverán la visita, los vivos, yendo al cementerio a ver su tumba. Por cierto, esa comida de difuntos no se tira, que los muertos sólo “comen” su esencia… y es de mucho beneficio que la coman luego los vivos de la casa, pues lleva las bendiciones de sus ancestros… (Y sí, es la excusa que ponemos los catalanes para ponernos morados de los deliciosos “paneyets”)
            Enciendan velas para acortar la estancia de los muertos en el Purgatorio, y para que iluminen su camino y no se queden a medio camino entre la vida y la muerte. Y asen y consuman castañas calentitas, que ya saben los gallegos que las castañas son alimento de difuntos, y esa noche ellos son los anfitriones.
            Y si a los chicos de la casa les dan miedo los muertos… Organicen al más puro estilo asturiano una “Ronde de ánimas”, y salgan de noche en cuadrilla a recorrer los caminos, dispuestos a espantar (ya sea con rezos o a garrotazos, que todo vale) a cualquier espíritu maligno que ronde con malas intenciones las moradas de los vivos…
           
            Y por una vez, en lugar de Haloween, celebren una Noche de Difuntos.

            Y que lo pasen bien.

8 comentarios:

  1. Muchas gracias por el artículo: muy interesante.

    La única crítica, si se me permite, es que parece ser que el blog se ha comido unos cuantos espacios y hace farragoso leerlo.

    Un saludo.

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  2. A riesgo de volver a ser llamado en algún blog, algo así como "adorador de Ricard", debo decir que me ha gustado mucho esta entrada.

    Un Saludo.

    Albert Tarrés

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  3. Te ha faltado señalar lo obvio Ricard, que diferencia de trato les damos a los nuestros, en lugar de asustarlos le invitamos a comer y (esto te lo has dejado) beber moscatel, así como les mostramos nuestros respetos posteriormente. Yo también soy de Catalunya (donde a Todos los Santos / Tots Sants también le llamamos La Castanyada), y tengo muy claro que si por algo me tengo que levantar de la tumba es por un panellet de piñones con un buen vaso de moscatel y visitar a los míos, y que me muestren aprecio y respeto...

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  4. Muchas gracias por la lección de "historia mundana terruña". Me ha encantado, como casi todas.

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  5. Gracias por el artículo. Despues de leerlo, dan ganas de investigar mas acerca de nuestra Noche de Difuntos... es una pena que no sepamos valorar las costumbres propias, cuando muchas veces son mas interesantes que las que adoptamos de otros paises con mucha menos historia...

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