jueves, 1 de octubre de 2020

Iglesias que no te creerías 9: El Jardín de Eva... o el culto a los gatos.

Sheryl Ruthven fundó su propia secta… bajo la tapadera de un refugio para gatitos. Todo empezó cuando murió su gata Eva. Sheryl tuvo una revelación divina: Los gatos eran seres divinos que, en los días previos al Fin del Mundo, se llevarían al Paraíso a los 144.000 elegidos que citaba el Apocalipsis de San Juan. Así que había que cuidarlos y protegerlos ahora, para demostrar que se era digno de la salvación.

Dotada de una personalidad carismática, Sheryl empezó a reunir seguidores, bajo la tapadera de un refugio para gatos bautizado como Eva´s Eden (El paraíso de Eva) en honor a su gata fallecida. En la intimidad de sus hogares, los miembros de la secta adoraban a sus gatos, y era normal que tuvieran una docena o más (alguno llegó a convivir con cuarenta gatos). Los gatos eran más importantes que la propia familia, y tenían que alimentarse primero. Del mismo modo, si los gastos veterinarios suponían que la familia humana pasara penurias, debía aceptarse con resignación: Eran pruebas que Dios planteaba a la familia para probar su fe. Los miembros de Eva´s Eden tenían que comprometerse a ser veganos y no consumir ni drogas ni alcohol. 

Al cabo de un par de años se desarrolló un culto a la personalidad en la figura de la líder, Sheryl Ruthven. En los rituales se pincha el dedo para verter sangre en bebidas que luego ofrece a sus seguidores, a modo de comunión. Se la considera una reencarnación de María Magdalena, y como profeta e iluminada por Dios, sus decisiones no pueden ni deben ser discutidas. Sus seguidores del “círculo interno” nunca han superado las pocas docenas. Las autoridades consideran a Eva´s Eden un grupo de frikis inofensivos, que al fin y al cabo no han hecho daño a nadie. El logotipo del grupo, y no es casualidad, presenta el contorno de la diosa egipcia Bastet

 

Sheryl Ruthven


 

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